Altruismo en chile: la historia detrás del documental del mural “memoria visual de una nación”

Columna Editorial

“Entonces iniciamos esta caravana, los técnicos, la esposa de Sebastián que ayudó mucho, mi hija, y así se comenzó de a poco a poco a armar, y las personas que entrevistábamos nos daban más ideas, lo que me conmueve de todo esto es que se hizo, que fue un sueño se hizo realidad” 

Mario Toral, Artista Nacional

Este pasado 21 de enero Fundación ArtLabbé fue invitada a la “Academia Chilena de Bellas Artes” a presenciar el documental dirigido por el periodista Sebastián Domínguez, que contiene las experiencias de vida del destacado artista nacional Mario Toral, mientras realizaba su investigación histórica para la creación del gran mural de la estación Metro Universidad de Chile.

En palabras del artista, el encargo fue el de “embellecer los marcos de las entradas y salidas de la estación”, lo que le llamó muchísimo la atención, ya que lo encontraba carente de estética. Fue así como en su proceso creativo y “con aires de Michelangelo”,explica simpáticamente, le propone al mandante intervenir la totalidad de la superficie interior de la estación.

Habiéndose aceptado su propuesta, muchos temas pictóricos vinieron a su mente, e investigando exhaustivamente la idiosincrasia del pueblo chileno y su historia, concluyó en el tema de este magnífico y reconocido mural de gran envergadura, para un espacio público tan concurrido como lo es dicha estación del metro capitalino.

La historia detrás del documental

Toral y Domínguez se conocen en Nueva York, encuentro en el que el artista no duda invitarlo a producir un documental sobre el mural ya comentado. Ambos ya vivían en Estados Unidos hace muchos años, por lo que sintieron la necesidad de volver y recorrer Chile. “Entonces iniciamos esta caravana, los técnicos, la esposa de Sebastián que ayudó mucho, mi hija y así se comenzó de a poco a poco a armar, y las personas que entrevistábamos nos daban más ideas, lo que me conmueve de todo esto es que se hizo, que fue un sueño se hizo realidad” relata Toral. Luego de una pausa, y entre emocionados aplausos, Domínguez agradece al fallecido empresario, amante del arte y filántropo chileno Fernando Bórquez: “con quien fuimos armando el presupuesto con el tiempo, y el fue poniendo la plata ¡y yo siempre necesitaba más plata! Entonces: dame más… dame más… dame más… y él firmaba los cheques y seguíamos… nos acompañó muchas veces en las filmaciones.  Fernando fue una persona muy importante y creo que los empresarios chilenos han empezado a creer en este tipo de iniciativas culturales tomando la responsabilidad personal y empresarial con el país y con la nación”.

En cada detalle de la factura de la cinta podemos ver la intención del productor y del artista de impregnarse e impregnar al espectador con las vivencias y experiencias vividas en terreno al recorrer Chile de norte a sur y de este a oeste. Los vimos experimentando en carne propia las labores claustrofóbicas del trabajador minero a cientos metros bajo tierra, introducirse en la cosmovisión espiritual del pueblo mapuche, visitar lugares apartados donde se concibieron los versos poéticos de nuestros premios Nobel y experimentar el clima y las costumbres de la Isla de Pascua y de las salitreras.

Cabe preguntarse ¿Cómo lograron todo esto en los 90´s, en un país donde los altruistas no abundaban, más aún, donde producir un documental no se pagaba porque se entendíacomo “simplemente caro”, desconociendo en una frase sus enormes beneficios? Las palabras de agradecimiento en todo momento estuvieron presentes hacia la persona de Fernando Bórquez, quien fomentaba las ideas creativas y les apoyó en la realización de este documental sin preguntar “¿Cuánto falta para que lo terminen?”.

Artistas como Mario Toral hacen de Chile un pueblo más culto, documentalistas como Sebastián Domínguez hacen que todos podamos soñar, como lo hicieron ellos junto a su equipo al dejar este legado precioso, de valor en todo sentido, y gratuito de admirar. Pero también altruistas como Fernando Bórquez son los bienhechores que poco a poco han ido apareciendo en Chile, y que posibilitan la extensión de la cultura y la concreción de los sueños de una nación. La combinación de estos tres factores, generó un legado para todo un país que perdura hasta el día de hoy.

El resultado es sin duda no solo traspasar al espectador un deseo de visitar la estación, ahora observando con más detalle la obra, sino que además cataliza un genuino sentimiento de valor ante esta, para obtener una compresión más profunda de la historia de la patria, descrita en sus pinceladas.

Como Fundación, quisiéramos agradecer la invitación extendida, a la que llegamos con el simple deseo de acompañar a un gran amigo artista y nos fuimos con el regalo en el corazón de una agradable sensación de haber viajado juntos en esta caravana cultural.

Sin duda este documental debiera continuar exhibiéndose a lo largo de nuestro país y a todo tipo de audiencias.

Memoria visual de una nación es un mural realizado por el pintor chileno Mario Toral, de 1200 metros cuadrados, temáticamente dividido en dos partes: Pasado y Presente, que corresponden a los sectores oriente y poniente de la estación Universidad de Chile a nivel de los andenes, separados por la mesanina. La gran pieza pictórica recrea como una «verdadera narración visual» la historia general de  Chile, rescatando sus hitos más significativos desde la mirada del artista, quien desarrolla una obra heredera de la tradición muralística latinoamericana, fundada en el México de comienzos del siglo XX. (Fuente: Academia Chilena de Bellas Artes)